LOS APEGOS

Ecumenismo psicoterapeutico
LOS APEGOS
Si hemos constituido un o muchos apegos, estamos en el horno, calientes y además hemos colocado ante nuestros ojos un elemento de filtro que polariza y distorsiona lo que sentimos y vemos. Son falsas necesidades de las cuales estamos convencidos que son imprescindibles para nuestra felicidad
 Cada vez que ponemos condicionamientos, expectativas o exigencias a lo que debe suceder, a lo que otra persona debe hacer o a lo que nosotros debemos hacer para que nos quieran, hemos puesto un cepo a nuestra capacidad de ver las cosas como son y vivimos en base a nuestros aferramientos.
 La descripción puede ser extensa e incluir cosas tales como el poder, posición, prestigio, gloria, éxito, chocolates,  persona, silueta, etc. Pero también podemos tener apegos con el dolor, la ira, la culpa, la depresión, drogas y sobre todo al sufrimiento, como error de percepción permanente en base al anhelo. La mayor parte del tiempo nuestros apegos tienen objetivos definidos y cuando estos no se satisfacen, nos sentimos desilusionados, ansiosos, tristes y/o enojados.
 Si nos apegamos a una persona y ésta atadura es muy importante para nosotros, en el caso que la persona "no cumpla y entregue" exactamente lo que pretendemos, nos sentiremos víctimas e incapaces de controlar nuestras vidas. De esta manera los apegos se convierten en nuestros carceleros y nos vemos apresados en las cadenas de nuestras propias expectativas..
Aprendimos que si no conseguíamos esas cosas, no seríamos felices. Si no llega lo que esperamos nos sentimos desdichados La raíz de la tristeza es el deseo, el apego, y no solo cuando no se cumple. Poco tiene que ver con el amor verdadero. Si nuestros apegos nos condicionan para vivir la vida de los demás y no la nuestra, estamos programados para la desdicha.
No pensemos esto desde el lugar de la grieta con dos bandos, esto es ingenuo. Estamos todos en la fosa juntos pero aislados en nuestro castillo con el foso circundante que nos protege, no somos corderitos, los apegos nos condicionan a estar agazapados listos para conseguir lo que queremos, como sea. De amor ni hablemos

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